
Introducción
Nunca pensé que acabaría metido en el mundo de las criptomonedas. Hace un par de años, apenas sabía qué era el Bitcoin, y lo poco que había escuchado eran cosas como “es una estafa” o “eso es solo para hackers”. Pero un día, por casualidad, empecé a investigar y descubrí que había mucho más detrás. Desde entonces, este mundillo me ha enganchado. En este texto quiero contarte cómo empezó todo para mí, los errores que cometí al principio y lo que he aprendido hasta ahora. No soy un experto, solo soy un chaval de 21 años que juega a rugby y que, en sus ratos libres, se ha ido enamorando del universo cripto.
1. La primera vez que escuché “Bitcoin”
Recuerdo que la primera vez que oí la palabra “Bitcoin” fue en un vídeo de YouTube. Era uno de esos vídeos que mezclan tecnología con teorías locas. Me llamó la atención, pero no entendí nada. Decían que era “dinero digital”, que no lo controlaba ningún banco y que podía subir mucho de precio. Me pareció raro y lo dejé pasar.
Pero al cabo de un tiempo, en una charla con un amigo del insti, volvió a salir el tema. Él estaba empezando a invertir y me explicó algunas cosas con palabras más simples. Ahí fue cuando me entró la curiosidad de verdad. Me pregunté: “¿Y si esto no es solo una moda?”
2. Mis primeros pasos (y mis primeros errores)
Como soy bastante impulsivo, me abrí una cuenta en un exchange sin saber mucho. Compré un poco de Bitcoin con el dinero que había ahorrado trabajando en verano. También pillé algo de Ethereum porque leí que era el segundo más importante.
El error vino después. Empecé a seguir a “influencers cripto” que prometían ganancias locas con monedas rarísimas. Compré una que se llamaba “Shiba-something” porque decían que iba a subir mil por cien. Obviamente, bajó. Y bajó más. Y ahí perdí una parte de lo que había invertido.
Me dio rabia, pero no me rendí. Empecé a estudiar más, a ver vídeos de gente seria, a leer artículos… Poco a poco fui entendiendo mejor cómo funcionaba todo esto.
3. ¿Por qué me enganché tanto al mundo cripto?
Lo que más me atrajo del mundo cripto es que no se parece a nada. No es como el banco de siempre, no tienes que pedir permiso para hacer cosas con tu dinero. Puedes enviar, recibir, guardar y hasta hacer crecer tus criptos sin tener que hablar con nadie.
También me mola que hay una comunidad enorme de gente joven, creativa, con ideas nuevas. Hay mucho movimiento, muchas cosas que descubrir. Cada día aparece algo nuevo: una nueva moneda, un proyecto raro, un juego que paga con tokens, etc. Es como un videojuego gigante, pero con dinero real.
Y sí, también me gusta que puedas ganar pasta, no te voy a mentir. Pero lo que me motiva de verdad es aprender y sentir que formo parte de algo nuevo.
4. Las cosas que hice mal al principio
Como dije antes, uno de mis grandes errores fue confiar demasiado en gente que solo buscaba seguidores. También me dejé llevar por el “hype” sin entender los proyectos. Compraba solo porque todo el mundo hablaba de una cripto, no porque supiera qué hacía o para qué servía.
Otro fallo fue no tener una estrategia. Compraba, vendía, volvía a comprar… todo sin pensar mucho. Ahora intento hacer las cosas con más calma. Si una cripto me interesa, primero la investigo. Y si decido comprar, es con un objetivo: a largo plazo, para probar algo nuevo, o simplemente para aprender.
5. Lo que aprendí después de cagarla unas cuantas veces

Lo primero que aprendí fue que no hay que tener prisa. El mundo cripto se mueve rápido, pero tú puedes ir a tu ritmo. No hace falta entrar en todo lo nuevo que sale. A veces es mejor observar, esperar, y luego decidir.
También aprendí que perder dinero no es el fin del mundo. Al revés, es parte del camino. Cada vez que me equivoco, intento entender qué pasó y qué puedo mejorar.
Y lo más importante: aprendí que este mundo no es solo de “comprar barato y vender caro”. Hay muchas más cosas: finanzas descentralizadas (DeFi), NFTs, DAOs, metaverso… Es como una nueva Internet donde tú eres el dueño de tus cosas.
6. Cómo ha cambiado mi forma de ver el dinero
Antes pensaba que el dinero solo venía del trabajo tradicional: currar, cobrar, ahorrar. Pero ahora veo que el dinero también puede ser más libre, más digital. Bitcoin, por ejemplo, me hizo pensar en lo injusto que es que los bancos lo controlen todo.
Con las criptos, tú puedes ser tu propio banco. Puedes decidir qué hacer con tu dinero sin pedir permiso. Eso me hizo sentir más libre, más responsable también. Porque si pierdes tus claves, pierdes todo. Nadie te lo devuelve. Así que aprendes a cuidar mejor tus cosas.
7. Cómo lo combino con mi vida diaria
Juego a rugby desde hace años, y eso me ha enseñado a ser constante. No siempre tienes ganas de entrenar, pero lo haces. Pues con las criptos pasa igual: hay días que estás súper motivado y otros que todo parece complicado. Pero sigues aprendiendo, investigando, mejorando.
Normalmente, dedico un rato por las tardes a mirar cómo va el mercado, leer alguna noticia o probar una nueva app. No me obsesiono, pero tampoco lo dejo de lado. Es como un hobby serio.
8. ¿Qué le diría a alguien que quiere empezar?
Lo primero que le diría es: calma. No hace falta meter dinero el primer día. Empieza por entender qué es Bitcoin, cómo funciona una wallet, qué es una blockchain. Hay un montón de vídeos y blogs fáciles de seguir.
También le diría que no confíe en cualquiera. En este mundo hay gente honesta, pero también hay muchos que solo buscan aprovecharse. Lo mejor es aprender a pensar por uno mismo.
Y si vas a invertir, hazlo con dinero que no necesites. Y no pongas todo en una sola moneda. Diversificar ayuda mucho cuando el mercado se pone loco.
9. Lo que me gustaría conseguir en este mundo
A corto plazo, quiero seguir aprendiendo. Me gustaría entender más sobre contratos inteligentes y empezar a hacer mis propias cosas. Quizás montar una pequeña colección de NFTs o colaborar en algún proyecto.
A largo plazo, no sé si viviré de esto, pero sí quiero que forme parte de mi vida. Me gustaría ayudar a otros jóvenes a entender las criptos sin miedo, con sentido común. Porque esto no va solo de dinero, va de libertad, de futuro, de cambiar las reglas.
10. Conclusión
Empecé en este mundo por curiosidad, seguí por emoción y ahora estoy aquí porque creo en el potencial que tiene. No todo es perfecto: hay riesgos, errores, estafas… pero también hay oportunidades, aprendizajes y mucha gente con ganas de construir algo nuevo.
Si yo, que soy un chaval normal, he podido meterme en esto y aprender tanto, tú también puedes. Solo hace falta ganas, tiempo y paciencia. Y quién sabe, quizás un día tú también estés contando tu historia cripto como yo ahora.